jueves, 19 de marzo de 2020

AMIGOS DEL ALMUERZO S.L.


La sierra del almuerzo se constituye como la auténtica barbacana del sistema ibérico en el altillano numantino. Sus más de mil quinientos metros de altitud y su forma perfectamente piramidal la convierten en una referencia visual del cuarto nororiental de la provincia.
Si bien nuestra frontera más exterior se diferencia al este por el tándem Ágreda-Ólvega, que se sustancia como uno de los principales focos empresariales e industriales de la provincia y la comarca de tierras altas, que en mucho menos medida también hace gala de algunas iniciativas empresariales de calidad, existe una tierra media dedicada a la agricultura y en menor medida a la ganadería que sufre con rigor la desertificación humana que acecha a la provincia.
           No llama la atención que si nos interesáramos por el municipio de Arancón y le preguntáramos a la Wikipedia en qué se basa su economía, encontremos lo siguiente:
·      Cultivo de trigo, centeno, cebada y girasol.
·      Ganado lanar y alquiler de pasto.
·      Coto de caza mayor.
Actividades que son realizadas por los noventa habitantes que pueblan el municipio y sus cinco entidades locales menores. En este contexto, podríamos pensar que se trata del clásico municipio despoblado usado como “taller agrícola” por agricultores que viven en la ciudad y podría ser así si no fuera por la sorprendente iniciativa de Iván García y su mercantil “Amigos del Almuerzo S.L.”.
Iván es un madrileño hijo de sorianos. Sus padres nacieron en Arancón, aunque él vive y desarrolla su actividad profesional en Madrid, enamorado de la naturaleza y del pueblo de sus lares, desde muy niño compartió con sus tíos la afición por la caza en el coto de su pueblo en el que desde hace más de un cuarto de siglo han desarrollado la actividad venatoria, vicepresidentes y ministros del gobierno, presidentes y directivos de empresas del IBEX 35 y en fin, gente principal que diluyó su presencia a la par que la calidad de la caza bajaba en la provincia. Fue en ese momento cuando Iván vio clara su oportunidad: “Conocía perfectamente el coto y su potencial, aunque los modelos de gestión aprobados por la junta habían diezmado la calidad de los trofeos, el potencial del acotado estaba íntegro, lo que se llama un coto con madre, incentivado con personal de gestión y vigilancia de un altísimo grado de profesionalidad y un criterio de explotación basado en la calidad, me empujó a proponer a mis familiares y amigos del pueblo un nuevo sistema de gestión del acotado que subsanara varios de los problemas que en ese momento aquejaban el anterior modelo de gestión.”.
Con esto, Iván consiguió la gestión del acotado de Arancón, cuya gestión vertebró a través de una asociación, el devenir de los acontecimientos le avocó a una disyuntiva: “la calidad, y por tanto el precio de los trofeos de caza, seguía bajando, la situación de crisis no ayudaba a que las cuentas cuadraran. “En esta situación en la que lo único que nos quedaba era la sobreabundancia de reses no trofeo y una sobredimensión en el personal de gestión, planteamos tratar con seriedad un valor que hasta la fecha había sido tomado como subproducto de escasa importancia, me refiero a la carne de la caza.”.
Efectivamente, hasta hace poco tiempo, los titulares de cotos de caza en Soria no entendían como un valor la carne de los trofeos, aprovechaban de forma tradicional, aquella que podían comer o regalar a conocidos, puesto que la dificultad de comercialización para integrarla en la cadena de consumo hacía que el precio ofertado (cuando había oferta) no fuera lo suficientemente atractivo para tenerlo en consideración y aún mucho menos para motivar “per se” la ejecución de acciones cinegéticas específicas sobre hembras.
Iván se dio cuenta que oportunamente gestionado y comercializado fuera de los conductos que constreñían la provincia, la carne de caza se convertía en un importante recurso económico que mantenía los puestos de trabajo al igualar el presupuesto y que ayudaba a la correcta gestión cinegética, limitando las indeseables desviaciones de población que provocaban los daños en la agricultura, los terribles accidentes de tráfico y más allá, las enfermedades asociadas a la superpoblación, como, por ejemplo, la sarna. 
A la par que este emprendedor cubría sus objetivos, los sistemas sanitarios que regulan la entrada en la cadena alimenticia de este producto y el mismo sector empresarial que lo sustancia, fueron desarrollándose para dar una normalización al aprovechamiento basado en la profesionalidad, la calidad y la adopción de las cautelas sanitarias desde el minuto uno, lo que supuso el empujón definitivo:
“Para nosotros, la carne se había posicionado en uno de los capítulos económicos importantes de nuestro presupuesto, la frescura y nuestra actitud pionera a la hora de buscar las cadenas de comercialización más adecuadas nos otorgaban una posición preferente en el nuevo juego que la normativa y los nuevos modelos de comercialización imponían. Estábamos avocados a perder gran parte de nuestra facturación, debiendo vender nuestros productos a un punto de recogida de carne de caza o debíamos acometer las precisas inversiones y crear nuestro propio punto de recogida.”.
Pronto se dieron cuenta que al igual que la caza elige su sierra por encontrarse en el centro de los pasos tradicionales, esa ubicación reunía estratégicamente una serie de ventajas para realizar las inversiones precisas y montar una de las divisiones de actividad que se prevén más importantes de la mercantil Amigos del Almuerzo S.L. 
Con una inversión cercana a los 100.000 € en la entidad local menor de Cortos, poseen una nave en la que se encuentran dos actividades independientes de la entidad: por un lado, la de gestión y administración de bienes y derechos de recursos naturales (caza y muy pronto micología) donde guardan vehículos, maquinaria, etc., y por otro lado, lo que es en sí el punto de recogida de carne de caza; una instalación frigorífica de más de 100 metros cúbicos con una antesala de gestión y manipulación de reses de similares dimensiones dotada de vías aéreas y sistemas de peso, donde los cazadores o titulares de cotos de caza pueden llevar sus reses o incluso donde la propia Amigos del Almuerzo puede traer a través de sus vehículos de transporte piezas recogidas en cotos próximos para su tratamiento e integración en la cadena de consumo.
Para esta temporada ya va a estar en perfecto funcionamiento, si bien, en posteriores fechas y tras la obtención de permisos sanitarios oportunos ya comenzó su actividad.
“Para nosotros es un proyecto muy ilusionante, lo primero porque al dar valor al conjunto del animal y no solo a su trofeo, hace que se respete mucho más a la pieza abatida y eso, como cazadores, nos enorgullece. Lo segundo, porque ayuda a los titulares a entender la gestión cinegética no solo como obtención de trofeos, sino como la ponderación de unas magnitudes económicas en conjunto, lo que da una visión más real a lo racional sobre el capricho de tener el mejor animal.”.


Pero también expresa Iván una motivación económica y de orgullo personal; hacer cosas en su pueblo, sustentar los empleos e incluso promover alguno más, es un fuerte aliciente de esta aventura acometida.